dimarts, 17 de març del 2009

20-DIARIO DE MI SECUESTRO

Todo empezó una tarde de verano, cuando quedaba poco para acabar la escuela, eran más o menos las tres de la tarde y yo cómo no, me dirigía para allí cuando de pronto, un coche con dos hombres bien vestidos me dijeron que me acercara porque necesitaban saber dónde estaba una calle. Decían que era muy urgente. Yo me dirigí hacia el coche y le respondí. Pero de repente, un hombre se bajó del coche, y miró extrañamente de derecha a izquierda. No había nadie, así que me cogió y me tapó la boca obligándome a entrar en el coche. En ese momento yo tenía un miedo que no me cabía en el cuerpo, sencillamente pensé que me habían preparado una trampa para llevarme a algún lado e incluso pensé que me habían secuestrado. Me llevaron a una casita al lado del lago. Pronto se me olvidó lo que era la felicidad sobre todo porque me encerraron en una habitación de apenas 8 metros cuadrados, me quitaron el teléfono móvil, la maleta y todo lo que llevaba. A menudo sentía un ruido muy fuerte al lado, un estruendo terrible. Al segundo día de estar ahí me encontraba traumatizada, incluso me acusaron pegándome y recurriendo a la violencia. Pasaron días y más días, y yo cada vez me sentía peor. No me daban casi comida… y la que me daban era una basura. Dormía mal y poco. Pero no sé por qué algunos días me sacaban a pasear, eso sí, cogida de las manos. Dábamos un paseo al lado del lago, incluso llegué a pensar que me iban a lanzar dentro. Pasaban los días, las semanas… Un día oí a los secuestradores que decían que mis padres habían contratado inspectores y muchos policías para buscarlos y que si los encontraban tendrían cadena perpetua. Entonces se punieron muy nerviosos aunque continuaron como siempre. Eran dos y parecían de otro planeta. No sé si explicarlo… se comían conejos enteros, tenían toda la casita llena de cuadros con cosas parecidas a la muerte, iy otras rarezas por el estilo. Eran unos auténticos locos.
Un día fueron a comprar comida y me sacaron a pasear e incluso intentaron tirarme al lago pero me cogieron antes de caer. No sé si lo hicieron de broma o se lo repensaron pero fue una cosa impresionante.
Cuando regresamos, se dejaron la puerta abierta y me pude escapar. Empecé a correr hasta que llegué a un río donde sin pensármelo dos veces me tiré y seguí corriendo hasta llegar a mi pueblo. Fui a mi casa y, al verme, mis padres se quedaron alucinados de forma que no me reconocían. No tenía pelo porque me lo habían cortado, además tenía todo el cuerpo lleno de moratones. Me acompañaron a la policía y yo les dije dónde estaban los bandidos. Allí los encontraron y apresaron.
Ahora os digo que no salgo de casa si no estoy acompañada, vosotros os pensaréis que nunca os pasará nada, pero os lo digo de todo corazón tened cuidado porque esto le puede pasar a todo el mundo, incluso a ti.