dimecres, 18 de març del 2009

8-EL HOMBRECILLO

Había una vez, una niña que vivía sola en su casa. Un día un gran estruendo la sobresaltó. No sabía que pasaba ni de dónde venía el ruido. La tapa del baúl de juguetes se abrió y apareció un hombrecillo que no hacía más de un palmo.
No sabía donde estaba, estaba desorientado y hablaba otra lengua.
Pasaron días y ella no quería explicar su secreto a nadie y cuando podía, se escapaba, iba a la sala de juguetes y jugaba con él. Sus padres encontraron extraño este comportamiento pero nunca descubrieron el porqué.
Un día, lo cogió y lo llevó a dar un paseo, fueron al parque y se sentaron un rato. Él, que estaba dentro de un bolsillo, salió y subió en un árbol y empezó a buscar.
Él vivía en un árbol del bosque con su familia. Había venido de otro planeta.
La niña, no sabía que estaba haciendo allí en el árbol.
Pasaron unos días y ella le enseñó como hablar, jugaban juntos y la cara del hombrecillo empezó a sonreír, una señal de felicidad.
Un día, después de comer, tiró la comida que no e había comido en la basura y vio muchos hombrecillos saliendo del cubo.
Se quedó con la boca abierta.
Ella los cogió y se fue corriendo hasta la salita de los juguetes. Les enseñó el hombrecillo y ellos le dieron un abrazo y empezaron a dar gritos en una lengua que no entendía.
Ellos se quedaron un tiempo en el baúl de la niña cuando ellos vieron un agujero en el baúl. Entró en él y empezó a dar volteretas. Los otros cogieron al niño de la mano y la hicieron entrar en el agujero.
La niña se encontró en un lugar maravilloso, donde solo vivían hombrecillos.
Se hizo amiga de ellos cuando un día decidió marcharse. Todo había sido una trampa de un nomo porque se habían llevado mal.
Ella, les fue visitando cada semana porque les pidió que no tapasen el agujero.
Fue así como conoció a otro mundo, un mundo secreto que no podía contar a nadie.