dimecres, 18 de març del 2009

11-EL ATAQUE SORPRESA

Una mañana de 1941 un joven americano se levantó temprano, para poder ir a la escuela como cada día, en aquella mañana tan tranquila. No parecía que hubiera de pasar algo en especial. Se sentían unos aviones en la lejanía. El joven miró por la ventana, con cara de felicidad. Porque era el día que le daban su paga semanal. Eran las 08.15 tenia que marcharse a la escuela. De golpe los aviones soltaron unas cosas que no se distinguían por lo lejos que estaban, pero de golpe se sintió un estruendo terrible, que le parecía que fuera de otro planeta. El joven se puso a correr por la calle. Entonces cayó una de las cosas que no distinguió hasta que le cayó justo delante de su casa, el joven que no tuvo tiempo alguno de marcharse muy lejos , le hizo dar una voltereta en el aire y luego se desplumó en el suelo inconciente ,había caído en una trampa de los aviones japoneses al sobrevolar la ciudad. La mañana siguiente se despertó, sin saber a donde se encontraba .Efectivamente se encontraba en un hospital militar afortunadamente por él no tenia ni un rasguño. Él se enteró de que su pobre pueblo fue bombardeado el día anterior. Y que una guerra terrible había empezado y que lo peor estaba por venir. Él estaba lleno de ira por lo ocurrido en su pueblo y decidió alistarse en una guerra que no le pertenecía. Al cabo de unos meses fue enviado, en un pueblecito japonés.
Que las fuerzas enemigas estaban refugiadas, el sentía unos nervios inmensos, al saber la orden que el comandante ordenó. Hacer un ataque sorpresa. Se levantaron muy temprano y se movieron rápidamente entre las trincheras. Cuando entonces se encontró un enemigo cara a cara y quedó paralizado, pero un compañero suyo no dudo en disparar. El enemigo se desplumó de golpe al suelo. Entonces un compañero le hizo tirar a delante. Cuando se vio obligado a disparar al salir de las trincheras. Todo era ruido, el sonido de las armas al ser disparadas por los valerosos soldados al defender su patria. Y de golpe empezó a ver los cuerpos de sus compañeros al suelo sin vida, imágenes horrorosas por un joven lleno de ira, y con ganas de venganza. Entonces se metió de nuevo en las trincheras un lugar muy poco seguro, pero lo mejor para esconderse de los tiroteos, que aguardaban fuera de ellas. Se quedó en ellas hasta que otros soldados de otra compañía le encontraron, paralizado de miedo sin poder pronunciar palabra. Lo cogieron y se lo llevaron a la base, dónde se le envió a casa directamente, por no poder combatir al estar en un estado traumático que le costó mucho de salir. 30 años más tarde ese joven ya hecho un hombre fundó una organización contra los conflictos entre países, y evitar el alistamiento de los jóvenes en el ejército.